jueves, 11 de abril de 2013



Prudencio Exojo - @Exojo 


Deshojando la margarita


Recurriendo a la tan afamada creencia narrativa, se han leído estos días innumerables artículos, relatos contradictorios o, simplemente, discrepancias políticas, bondad de los métodos, eficacia del sistema o prácticas resolutas de la Dama de Hierro.

No seré distinto y rendiré homenaje a una mujer que, por sí misma, representó un antes y un después en la Europa que estamos construyendo todavía. 

Para mi generación, cuando nuestro país estaba considerado un mero aspirante al mercado único, convencidos que nuestra incorporación sería beneficiosa en su conjunto, su llegada al poder significó una llamada de atención por cuanto era la primera mujer que alcanzaba la Jefatura del Gobierno Británico. Primera hoja arrancada, ¿ será bueno, será malo ?.

En un país cuya inflación alcanzaba el 20 %, expuso un programa económico revolucionario. Cambios estructurales, adelgazamiento de la maquinaria estatal y reducción  del peso institucional en la economía del país. Segundo pétalo deshojado de la flor, ¿ sería capaz de contener la escalada inflacionaria ?.

El ataque a las Islas Malvinas, la defensa a ultranza de sus territorios, el temor que supuso las primeras manifestaciones de fuerza por parte del ejército argentino, hicieron albergar dudas al arrancar la tercera hoja. ¿ Logrará imponer su fuerza militar a más de 12.000 kms. del objetivo ?. 

El conflicto minero, supuso uno de los retos gubernamentales más difíciles. Inmersos en nuestro país por aquellas fechas en semejantes procesos de reconversión industrial, minería y astilleros, dudamos al arrancar el cuarto pétalo. Con el paso del tiempo, no hubo duda, resistió y tras un año de lucha sindical, venció. 

El conflicto terrorista que albergaba en su seno el Reino Unido, la supervivencia del atentado sufrido durante la celebración de la conferencia de su partido y la firmeza en sus convicciones, hacían sentir envidia respecto a la situación interna de nuestro país. No pocas veces podíamos preguntarnos si nuestros dirigentes serían capaces de mantener posturas semejantes. Arrancar una  hoja más, sirvió para comprobar las diferentes maneras de afrontar un conflicto interno.

No fue jamás una fiel convencida de la Unión Europea, por cuanto significaba perder soberanía interna. Consideró podíamos estar unidos, pero conservando cada país su idiosincrasia personal. Siempre miró - y creo que todo el Reino Unido con ella - más hacia EE.UU. que a Europa. Han transcurrido menos de treinta años y el pétalo de la duda europeo, ha sido uno de los más difíciles de arrancar. Su famosa sentencia, “ quiero que me devuelvan mi dinero “, evidencia una cierta insolidaridad de un mercado único al cual, - algunos países -, entregan más que reciben. 

Reconoció públicamente que le gustaba discutir. Margaret, hasta en eso nos parecíamos.

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