lunes, 14 de mayo de 2012

TIRANDO A DAR



Madame/Monsieur, et voilà, M. François Hollande, c´est ici.


No, no.... No crea Vd. que está leyendo Le Monde. Está en La Noticia Imparcial, su periódico digital en español, pero.... por si acaso.


Lo que las encuestas pronosticaban, se ha cumplido. Con un resultado más ajustado del inicialmente previsto, un escaso 3 % de diferencia entre los dos partidos, el socialista François Hollande ha asumido la Presidencia de Francia, tras una larga travesía del desierto socialista que ha durado 17 años.

Parece que todo el mundo está de acuerdo en afirmar que, la crisis actual, arrastra al partido gobernante sea cual fuere el signo político que luzca en su ideología. Otra cosa bien distinta, serán las consecuencias que el nuevo eje franco-alemán tenga para Europa y los países con más peso específico dentro de la U.E.

Si hace poco, oíamos en cualquier tertulia económica, la necesidad de aprender urgentemente la lengua germana, con el fin de optar a un puesto de trabajo en el sólido mercado laboral alemán, ahora, habrá que refrescar aquellas añejas clases de francés, - que algunos teníamos semi olvidadas, - por si la oferta es procedente del nuevo amanecer galo.


Economistas y expertos financieros, se hayan inmersos en el " to be or not to be hamletiano " más actual. ¿ Ajustes para cumplir el déficit y prosperar mediante el crecimiento económico a medio y largo plazo, o volver a la teoría del gasto público, crecimiento de la deuda y esperar unos resultados de creación de empleo hasta ahora fallidos. ?


Personalmente, tomando como principio básico la economía doméstica, - extrapolable en esencia a las teorías macroeconómicas, dado que el equilibrio financiero es básico y fundamental - desearía una contención del gasto. Ejecutar recortes en lo superfluo, mantener prestaciones fundamentales para las clases sociales más necesitadas y controlar severamente la concesión del crédito.


Salvadas en último momento por las ayudas estatales – en el próximo Consejo de Ministros, se anuncian reformas financieras - , entre las cuales, no dudaré al afirmar que el Gobierno Central, inyectará - nuevamente - , dinero público, para ayudar a sanear los activos tóxicos de alguna entidad financiera.

LA BANCA, con mayúsculas, nunca debió permitir dejar de ser y representar, la figura garante de la solidez, rectitud y seriedad empresarial que todos teníamos como referencia, décadas atrás.


El crédito barato, que genera una oferta desmedida del gasto, si no va acompañado de una responsabilidad del deudor, tanto en su compromiso legal de devolución, como en la disposición de una mínima sensatez, que mesure la fortaleza y estabilidad laboral futura, puede general una situación de insolvencia como la actual, creando una tasa de morosidad a la banca, limitando y comprometiendo de nuevo, su capacidad para otorgar créditos a los que, el Gobierno actual, considera serán los salvadores del futuro económico, los emprendedores.


Lo difícil, ahora, es averiguar quién fue el culpable, si las entidades financieras por otorgar créditos sin valorar el riesgo exacto, o el demandante, por considerar que amortizarlo sería fácil.

De Grecia, hablaremos en otra ocasión.

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