domingo, 28 de octubre de 2012



¡¡ Uy !! Chaval, si que vas embalado.



Me ha llamado profundamente la atención, una noticia aparecida ayer en un diario catalán que, hasta épocas recientes, presentaba una línea editorial moderada, conservadora y ajustada a la realidad política y, de un tiempo acá, escorado a la posturas oficialistas de la Generalitat, - sin lugar a dudas, MOTIVADO POR EL ENORME PESO QUE REPRESENTAN LAS SUBVENCIONES  -, lo cual evidencia un lastre imposible de disimular, dejando a la luz, con absoluta nitidez, en qué " lado del casco " depositó el capitán la mercancía recibida. 

Son tiempos de agitación política en Catalunya. Hay cruces permanentes de opinión. Los unos, demostrando las bondades de una independencia anunciada a bombo y platillo. Los otros, justificando el callejón sin salida que representaría una segregación. 

Las cavernas mediáticas están en plena ebullición. 

Empiezan a surgir - aunque tímidamente -, corrientes de opinión divergentes. Una oposición silenciosa y silenciada durante más de tres décadas, ha tomado la palabra. Son minoría y se pudo constatar el pasado 12 O. Pero son y estuvieron. Esa es la novedad. 

Surgen voces de grupos empresariales, manifestando los temores a las aventuras políticas que pueden tener consecuencias y dimensiones imprevisibles.  

Empieza el denominado " soufflé " , a tener los ingredientes mínimos que exige su receta. 

La aparición de un chaval, cerca de la comitiva oficial donde estaba el President Mas, para espetarle a bocajarro " queremos la independencia ya, tío ", se me antoja una puesta en escena, digna de las mejores fábulas de Esopo, Jean de la Fontaine o el mismísimo  Samaniego. 

Un chico, que por su timbre de  voz, no pasa de adolescente inmaduro, a voz en grito y en su lenguaje habitual, exige algo que no tiene idea de su significado, no sabe cuáles pueden ser sus consecuencias y por supuesto, desconoce el camino a seguir para formular la exigencia. Está claro, es un mal educado, actúa acorde con lo que escucha en la calle y,  quién sabe, si adoctrinado conforme a los cánones establecidos para tal menester.

El President le responde con una exclamación elocuente, ¡¡ Uy !!, si que vas embalado. 

Y ahora...

¿ Quién le explicará al niño que así no se interpela a la máxima autoridad de su " país " ?

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