¡¡ Uy !! Chaval, si que vas embalado.
Me ha llamado profundamente la atención, una noticia aparecida ayer en un diario catalán que, hasta épocas recientes, presentaba una línea editorial moderada, conservadora y ajustada a la realidad política y, de un tiempo acá, escorado a la posturas oficialistas de la Generalitat, - sin lugar a dudas, MOTIVADO POR EL ENORME PESO QUE REPRESENTAN LAS SUBVENCIONES -, lo cual evidencia un lastre imposible de disimular, dejando a la luz, con absoluta nitidez, en qué " lado del casco " depositó el capitán la mercancía recibida.
Son tiempos de agitación política en Catalunya. Hay cruces permanentes de opinión. Los unos, demostrando las bondades de una independencia anunciada a bombo y platillo. Los otros, justificando el callejón sin salida que representaría una segregación.
Las cavernas mediáticas están en plena ebullición.
Empiezan a surgir - aunque tímidamente -, corrientes de opinión divergentes. Una oposición silenciosa y silenciada durante más de tres décadas, ha tomado la palabra. Son minoría y se pudo constatar el pasado 12 O. Pero son y estuvieron. Esa es la novedad.
Surgen voces de grupos empresariales, manifestando los temores a las aventuras políticas que pueden tener consecuencias y dimensiones imprevisibles.
Empieza el denominado " soufflé " , a tener los ingredientes mínimos que exige su receta.
La aparición de un chaval, cerca de la comitiva oficial donde estaba el President Mas, para espetarle a bocajarro " queremos la independencia ya, tío ", se me antoja una puesta en escena, digna de las mejores fábulas de Esopo, Jean de la Fontaine o el mismísimo Samaniego.
Un chico, que por su timbre de voz, no pasa de adolescente inmaduro, a voz en grito y en su lenguaje habitual, exige algo que no tiene idea de su significado, no sabe cuáles pueden ser sus consecuencias y por supuesto, desconoce el camino a seguir para formular la exigencia. Está claro, es un mal educado, actúa acorde con lo que escucha en la calle y, quién sabe, si adoctrinado conforme a los cánones establecidos para tal menester.
El President le responde con una exclamación elocuente, ¡¡ Uy !!, si que vas embalado.
Y ahora...
¿ Quién le explicará al niño que así no se interpela a la máxima autoridad de su " país " ?
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