Prudencio Exojo (@Exojo) //   O tren da morte
Estaba decidido. Hoy, esta colaboración, tenía como destinatarios Susana Díaz y Griñán.
Incluso había decidido el título. Irónico, como de costumbre. Encerrando una crítica mordaz a los recientes acontecimientos políticos que se han vivido en la comunidad andaluza.
Aferrado al volante, durante las horas de viaje, maduré algunas ideas que, más tarde, conformarían este artículo.
De pronto, sobre las 21 h., aparecen en el teléfono móvil las primeras noticias que alertan de un accidente ferroviario en las inmediaciones de Santiago de Compostela. Reina la confusión, hay datos inexactos, algún digital se aventura a cerrar un primer número de víctimas mortales en torno a 10. Algunos directores de informativos nocturnos, reclaman prudencia. Si el Gobierno de la Xunta no se ha pronunciado aún, recomiendan mantener la calma y no crear un pánico infundado.
Prosiguen las noticias a medida que avanzan los minutos. Como siempre, los periódicos digitales son los primeros en enviar noticias desde el lugar de los hechos. Corresponsales que no precisan exactamente las causas del siniestro. Dudas en cuanto al número de viajeros heridos e incluso, las víctimas mortales.
A las 2 de la madrugada, casi toda la prensa es unánime. Al menos 60 muertos y un sin fin de pasajeros heridos de distinta gravedad. Es el balance provisional del accidente ferroviario habido ayer, en la última curva , previa a la entrada en la estación ferroviaria de Santiago de Compostela.
Los gallegos, han respondido con una sola voz , a la llamada de solidaridad realizada por el Gobierno y las autoridades sanitarias. Hospitales colapsados de donantes de sangre, voluntarios dispuestos a prestar la ayuda humanitaria en la medida de sus conocimientos y posibilidades. Un pueblo unido frente a la adversidad. Y todo esto, precisamente, en el día de su fiesta más grande, la del Apóstol Santiago.
Puede que esté sometiendo a sus paisanos a una de las pruebas más difíciles de superar. El dolor frente a la muerte de su propio pueblo. La fiesta y la algarabía, frente al desgarro de un cuerpo inerte que yace sobre el amasijo de hierros más cercano.
En nombre de tantos y tantos amigos gallegos, desde aquí, quiero transmitir mi más sincero pésame a los familiares de las víctimas.
Hoy, la esquina verde, se ha teñido de sangre.