TIRANDO A DAR
¿ PUBLICIDAD ENGAÑOSA ?
Comenzó la operación salida del verano. A las 15 h. del pasado 31 de Julio, se puso
en marcha el dispositivo que oficialmente, a bombo y platillo, nos anuncia la
Dirección General de Tráfico.
Particularmente crítico con
todo lo que envuelve al mundo de la automoción, conductores, siniestralidad,
regulación y normas que afectan a la Seguridad Vial, siempre he creído más
efectivas las medidas encaminadas a enseñar, que las coercitivas.
Un conductor avezado, con
conocimientos teóricos y prácticos, tan amplios y suficientes como para
desenvolverse en el complejo mundo de la circulación masiva, siempre será un hombre más prudente y
cuidadoso del entorno que le rodea y, con total seguridad, capaz de improvisar
ante cualquier contingencia.
Es cierto que la práctica no
se consigue con un viaje anual. Es cierto, que hay personas a las cuales el
vehículo no les atrae lo más mínimo, por tanto, la acción de conducir, - en
ocasiones, - se convierte en una imperativa, pesada y farragosa obligación como
medio de transporte y ello, me induce también a ser consciente de las
dificultades que cualquier sistema teórico/práctico conllevaría, imponiendo
unos criterios mínimos y suficientes, que evaluasen, mediante un cualificado
test, la capacidad técnica y ésta, fuese aplicada con total justicia.
Si a ello le añadimos la
merma de facultades físicas con el paso de los años, podemos obtener una
combinación de factores con elevado contenido de riesgo. Se sabe. Las
estadísticas, aunque frías y distantes, emiten juicios sumarísimos; sin
embargo, la conciencia social y el ejercicio y aplicación de los derechos del
ciudadano, impiden aplicar exámenes
rigurosos que filtren la capacidad y eleven el grado de exigencia a la hora de
renovar una licencia de conducir.
Que no vea el lector una
crítica a los conductores de provecta edad. Si a ellos les afectan y limitan
unas circunstancias concretas, a la juventud, será la insuficiente experiencia
manifiesta y sobre todo, una enorme
irresponsabilidad a la hora de manejar un vehículo que, como podemos constatar
cada fin de semana, se convierte en arma mortal, por un uso inadecuado.
Esta parte expositiva, era
únicamente para contar mi experiencia personal del pasado 31 de julio.
Casualidad o no, desde Barcelona hasta Madrid, no detecté la presencia de
ningún vehículo o motocicleta de las fuerzas de vigilancia en carretera.
Sin embargo, circulando por
la Nacional IV, dirección Andalucía, en los primeros treinta kilómetros, si pude comprobar la presencia de cuatro
parejas de la Guardia Civil con un claro objetivo, detener y apartar a los
vehículos pesados que circulaban en ese momento, infringiendo las restricciones
temporales que la Dirección General de Tráfico impone en determinadas fechas,
lugares y horas.
Es posible que muchos
ciudadanos no piensen igual, pero yo, deseo notar la presencia de la Guardia
Civil en los auténticos puntos negros de nuestras vías y carreteras.
Las estadísticas lo avalan.
Las auténticas tasas de siniestralidad mortal, no se dan en las caravanas y
retenciones en los alrededores de cualquier ciudad.
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