lunes, 6 de agosto de 2012


TIRANDO A DAR





                                               ¿ PUBLICIDAD ENGAÑOSA ?


Comenzó la operación  salida del verano.  A las 15 h. del pasado 31 de Julio, se puso en marcha el dispositivo que oficialmente, a bombo y platillo, nos anuncia la Dirección General de Tráfico.

Particularmente crítico con todo lo que envuelve al mundo de la automoción, conductores, siniestralidad, regulación y normas que afectan a la Seguridad Vial, siempre he creído más efectivas las medidas encaminadas a enseñar, que las coercitivas.

Un conductor avezado, con conocimientos teóricos y prácticos, tan amplios y suficientes como para desenvolverse en el complejo mundo de la circulación masiva,  siempre será un hombre más prudente y cuidadoso del entorno que le rodea y, con total seguridad, capaz de improvisar ante cualquier contingencia.

Es cierto que la práctica no se consigue con un viaje anual. Es cierto, que hay personas a las cuales el vehículo no les atrae lo más mínimo, por tanto, la acción de conducir, - en ocasiones, - se convierte en una imperativa, pesada y farragosa obligación como medio de transporte y ello, me induce también a ser consciente de las dificultades que cualquier sistema teórico/práctico conllevaría, imponiendo unos criterios mínimos y suficientes, que evaluasen, mediante un cualificado test, la  capacidad técnica y  ésta, fuese aplicada con total justicia.

Si a ello le añadimos la merma de facultades físicas con el paso de los años, podemos obtener una combinación de factores con elevado contenido de riesgo. Se sabe. Las estadísticas, aunque frías y distantes, emiten juicios sumarísimos; sin embargo, la conciencia social y el ejercicio y aplicación de los derechos del ciudadano,  impiden aplicar exámenes rigurosos que filtren la capacidad y eleven el grado de exigencia a la hora de renovar una licencia de conducir.


Que no vea el lector una crítica a los conductores de provecta edad. Si a ellos les afectan y limitan unas circunstancias concretas, a la juventud, será la insuficiente experiencia manifiesta y  sobre todo, una enorme irresponsabilidad a la hora de manejar un vehículo que, como podemos constatar cada fin de semana, se convierte en arma mortal, por un uso inadecuado.


Esta parte expositiva, era únicamente para contar mi experiencia personal del pasado 31 de julio. Casualidad o no, desde Barcelona hasta Madrid, no detecté la presencia de ningún vehículo o motocicleta de las fuerzas de vigilancia en carretera.

Sin embargo, circulando por la Nacional IV, dirección Andalucía, en los primeros treinta kilómetros,  si pude comprobar la presencia de cuatro parejas de la Guardia Civil con un claro objetivo, detener y apartar a los vehículos pesados que circulaban en ese momento, infringiendo las restricciones temporales que la Dirección General de Tráfico impone en determinadas fechas, lugares y horas.

Es posible que muchos ciudadanos no piensen igual, pero yo, deseo notar la presencia de la Guardia Civil en los auténticos puntos negros de nuestras vías y carreteras.

Las estadísticas lo avalan. Las auténticas tasas de siniestralidad mortal, no se dan en las caravanas y retenciones en los alrededores de cualquier ciudad. 

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